Józef Teodor Konrad Nalecz Korzeniowski (Joseph Conrad) nació de Joseph Theodore Appollonius Korzeniowski y Evelina Korzeniowski el 3 de diciembre de 1857, en Berdyczew, Polonia. Su padre era escritor y traductor de las obras de William Shakespeare, y al mismo tiempo fue miembro de un movimiento que buscaba la independencia de Polonia de Rusia. En 1862 la familia se vio obligada a trasladarse a Rusia debido precisamente a las actividades políticas de su padre. La madre de Conrad murió tres años después, en 1865. No fue hasta 1867 que a Conrad y a su padre se les permitió regresar a Polonia.
En 1868 Conrad frecuentó durante un año la escuela secundaria en la provincia austriaca de Galicia. Al año siguiente él y su padre se mudaron a Cracovia, Polonia, donde el padre falleció en 1869. Desde el tiempo que pasó con su padre, Conrad se convirtió en un amante de la literatura, especialmente de los cuentos de mar. Al morir su padre, fue su tío, Thaddus Bobrowski, quien acogió y crió a Conrad.
En su adolescencia, el futuro novelista comenzó a soñar con ser marinero. En 1873, mientras estaba de vacaciones en Europa occidental, Conrad vio el mar por primera vez. En el otoño de 1874 llegó a Marsella, Francia, donde entró en el servicio marítimo francés. Durante los siguientes veinte años Conrad llevó una exitosa carrera como oficial de barco. En 1877 probablemente participó en el envío ilegal de armas de Francia a España para apoyar al aspirante al trono español, Don Carlos (1788-1855). En esta época Conrad parece haberse enamorado de una chica que también apoyaba a Carlos. La aventura terminó en un duelo con un americano llamado J. M. K. Blunt. Esta fue la primera vez que Conrad pensó en quitarse la vida.
En junio de 1878 Conrad viajó a Inglaterra por primera vez. Trabajó como marinero en barcos ingleses y en 1880 comenzó su carrera como oficial en el servicio mercantil británico, pasando de tercer oficial a capitán. Sus viajes lo llevaron a lugares distantes y exóticos como Australia, India, Singapur, Java y Borneo, que serían el trasfondo de gran parte de su ficción. En 1886 se convirtió en ciudadano británico y recibió su primer comando en 1888. En 1890 viajó al Congo Belga, Zaire y África, lo que inspiró su gran novela corta El corazón de las tinieblas.
A principios de 1890 Conrad empezó a pensar en escribir ficción basada en sus experiencias en el Este. En 1893 discutió su trabajo en curso, la novela La locura de Almayer, con un pasajero, el novelista John Galsworthy (1867-1933). Un año más tarde se retiró de la marina mercante y completó su primera novela, que se publicó en 1895. Recibió críticas favorables y Conrad comenzó entonces una nueva carrera como escritor.
En 1896 se casó con Jessie George, una mujer inglesa. Dos años más tarde, justo después del nacimiento de Borys, el primero de sus dos hijos, se establecieron en Kent, en el sur de Inglaterra, donde Conrad vivió el resto de su vida. John Galsworthy fue el primero de varios escritores ingleses y americanos que se hicieron amigos de Conrad. Otros fueron Henry James (1843-1916), Arnold Bennett (1867-1931), Rudyard Kipling (1865-1936), Stephen Crane (1871-1900) y Ford Madox (Hueffer) Ford (1873-1939), con quien Conrad colaboró en dos novelas.
De 1896 a 1904 Conrad escribió novelas relacionadas con los lugares que visitó como marino mercante y exploró temas como las incertidumbres de la simpatía humana. Sus primeras novelas incluyeron Un vagabundo de las islas (1896), El negro del “Narciso” (1897), El corazón de las tinieblas (1899), y Lord Jim (1900).
Las siguientes tres novelas reflejaban el lado político de Conrad. El tema de Nostromo (1904) era la relación entre las necesidades más profundas del hombre (su psicología) y sus acciones y decisiones públicas. La descripción de Londres, Inglaterra, en El agente secreto (1907) se parecía a las obras de Charles Dickens; retrataba una ciudad de calles mezquinas y vidas desgastadas. En Bajo la mirada de Occidente (1911) Conrad examinó en cambio el temperamento ruso.
La siguiente novela, Suerte (1914), era un estudio de la soledad y la simpatía. Gracias a su éxito financiero y a los esfuerzos de su editor americano, Conrad pudo vivir sin preocuparse por el dinero durante el resto de su vida. Victoria (1915), su última novela importante, examinó más a fondo el tema de la soledad y la simpatía.
Las últimas novelas de Conrad, La línea de sombra (1917) y El pirata (1923), recibieron muchos honores. La novela aquí publicada, que narra de forma inolvidable el tránsito de la juventud a la edad adulta, adquiere más sentido todavía si se piensa que fue escrita como una despedida; de hecho el autor decidió dedicarla a su primer hijo, Borys.
En 1923 visitó los Estados Unidos con gran fanfarria y al año siguiente rechazó la oferta de ser nombrado caballero en Inglaterra. El 3 de agosto de 1924, Conrad murió de un ataque al corazón y fue enterrado en Canterbury, Inglaterra. Su lápida lleva estas líneas de Edmund Spenser (1552-1599): “El sueño tras el esfuerzo, tras la tempestad el puerto, el reposo tras la guerra, la muerte tras la vida harto complacen”.

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